Carácter propio

El Carácter Propio pretende dar respuesta a tres preguntas íntimamente interrelacionadas:

¿Cuál es la identidad de la escuela cristiana MD?

¿Qué tipo de educación ofrece?

¿Cómo se organiza para prestar ese servicio a la sociedad?

Las finalidades educativas reflejan la opción que realiza nuestra comunidad educativa y se concretan en principios, valores y normas legales que dotan de identidad propia a nuestros centros.

Nuestro Centro, como Escuela Católica, participa en la misión de la Iglesia y ha de ser, por ello, marco para el diálogo permanente de la fe con la cultura y lugar privilegiado de presentación explícita y viva del evangelio. Se trata de un centro vital donde el proceso educativo no es sólo un progreso humano sino, “verdadero itinerario cristiano hacia la perfección”, en una síntesis armónica que conjuga la formación humana y cristiana.

Nuestra identidad, en total consonancia con el carisma fundacional de nuestra Congregación, se concreta en la entrega a la misión de educar, especialmente a los más necesitados, desde la perspectiva humanista-cristiana, presentando la fe como una opción personal, libre y consciente, vivida y proyectada hacia la sociedad mediante el testimonio y el compromiso.

El modelo educativo que representa nuestro Centro parte de una búsqueda auténtica del crecimiento integral de los alumnos/as para que respondan a su verdadera vocación: vivir con la dignidad de los hijos de Dios. En esta dirección, el modelo pedagógico acorde siempre con nuestro carisma, guardará un equilibrio entre firmeza de padre y ternura de madre. La debilidad y la permisividad no educan, más bien impiden que la personalidad del joven pueda madurar a partir de puntos de referencia claros. Por ello intentamos que nuestro modelo educativo sea eminentemente liberador, solidario, crítico, comprometido con la justicia, comunitario y abierto a  la trascendencia.

Nuestro Centro como Institución comparte su misión, que surge de la llamada específica al seguimiento de Jesús de Nazaret, con otros profesores cristianos que hacen de su actividad educadora un auténtico apostolado, ejerciendo este ministerio laical en un intento compartido de impregnar de evangelio la sociedad.

En este nuevo contexto de “misión compartida”, el proyecto evangelizador de la Escuela Católica, ya no queda garantizado sólo, ni principalmente por las religiosas que trabajamos en el Colegio, sino por la comunidad de fe: religiosos y seglares que comparten  la misión educativa.

En consecuencia, los rasgos que deberán definir a nuestro Centro son:

  • La calidad como efecto inmediato de la entrega y competencia del profesorado y de su actitud de formación permanente.
  • El trabajo serio y bien realizado de profesores/as y alumnos/as
  • La creatividad pedagógica que nos aparta de la rutina y mediocridad.
  • La incorporación de los padres, por lo que pueden aportar y por lo que el Colegio les ofrece.
  • Diálogo racional, signo del respeto al otro y de tolerancia.