Plan de Absentismo Escolar

La asistencia a clase de todos los menores es un derecho irrenunciable y posee una importancia de primer orden, ya que es una de las bases necesarias para lograr la integración social y escolar del alumno. El presente Programa de Prevención e Intervención del Absentismo Escolar debe interpretarse como un conjunto de medidas que favorecerán el cumplimiento de este derecho.

Las medidas desarrolladas en este programa se deben interpretar como actuaciones positivas en favor del derecho a la educación, aunque, en ocasiones, este derecho pueda no coincidir con las expectativas y los deseos de algunos alumnos, de sus familias o de otras instancias de la sociedad. Por ello, se considera relevante, en este aspecto, el desarrollo de la vertiente preventiva, a través de un modelo educativo y curricular funcional y ajustado al nivel de competencia del alumno.

El Absentismo Escolar es un fenómeno en evolución. El perfil clásico del alumno absentista correspondía a alumnos pertenecientes, sobre todo, a minorías étnicas o a grupos de desventaja o riesgo social. Actualmente, sin embargo, se observa como va emergiendo un nuevo tipo de absentismo caracterizado por ser alumnos que, perteneciendo a contextos sociales y culturales “normalizados”, al llegar a la Educación Secundaria Obligatoria, y arropados por los grupos de amigos, comienzan a faltar ocasionalmente a las clases, convirtiéndose finalmente en alumnado con alto grado de absentismo escolar y que puede llegar al abandono del sistema educativo.

Por tanto, la intervención debe ir dirigida a las familias y al alumnado absentista, al desescolarizado y/o que ha abandonado el Sistema Educativo en edad escolar. Las primeras medidas han de ser preventivas en los niveles de Educación Infantil (a pesar de ser una etapa no obligatoria) y preventivas y paliativas en Educación Primaria y Secundaria, orientándose a la permanencia y aprovechamiento del alumnado en edad de escolarización obligatoria.

La problemática que define el absentismo presenta múltiples facetas de índole escolar, familiar, personal y social. Considerando la pluralidad de sus causas se requiere una intervención coordinada entre los agentes que participan, garantizando la comunicación en el seguimiento del caso, valorando las intervenciones y delimitando las variables. No obstante, el absentismo debe ser tratado, en primer lugar, donde se produce, en el centro educativo pero, el problema del absentismo escolar no se soluciona exclusivamente garantizando el puesto escolar, sino que exige de las administraciones públicas acciones positivas que incluyan la adopción de medidas efectivas y coordinadas para solventar los problemas que están en el origen de éste fenómeno educativo.